Lun Mayo 04, 2015 6:56 am por 
HISTORIA
Tras la Noche Infernal fueron muchas las criaturas que emergieron del cráter para causar caos y destrucción, sin embargo una raza destacaba de entre todas ellas por su bravura en el campo de batalla y por utilizar armas como los humanos. Estos seres usualmente cumplían usualmente funciones de liderazgo ante los demonios menores que constituían el grueso del ejército invasor.
Entre los más antiguos se cuenta que alguna vez fueron un pueblo orgulloso en un lugar muy, muy lejano, pero durante todos los años que fueron víctimas del dominio ejercido sobre sus mentes por Los Susurros todos aquellos que hubieran conocido su tierra natal en persona perecieron. Se dice que sólo quedó caos y destrucción tras la llegada de la oscuridad.
En su lucha contra los humanos algunos de entre sus filas comenzaron a sentir una disminución del control ejercido sobre sus mentes. Hartos de matar sin sentido y ser utilizados como meras esclavos para una guerra que no les hacía sentido, aquellos que se lograban liberar del control de los Susurros se comenzaron a agrupar. Por supuesto que el intento de volver a dominarlos fue intenso, pero desarrollaron un ritual para volverse inmunes de manera definitiva a esta influencia, mediante un sacrificio hecho con su propia sangre.
Los humanos los llamaban demonios, pero decidieron que ese nombre los ligaba a su pasado de ser meros instrumentos de esas fuerzas oscuras, así que decidieron llamarse a sí mismos Los Renegados, en señal de su abandono de la oscuridad. Se movilizaron además para buscar un lugar para vivir y finalmente lo encontrarían en unas pampas prácticamente abandonadas por los humanos, donde crearon una ciudad con estructuras sencillas, más bien parece un gran campamento.
Han sido despojados de su identidad y su pasado, habitando una tierra donde nadie los quiere, pero eso les ha hecho más fuertes y han pasado los últimos siglos fortaleciendo su pueblo y generando sus nuevas tradiciones desde cero.
No han faltado las diferencias y hasta pequeñas guerras civiles al interior de esta raza ante las diferencias de interpretación sobre el destino de Los Renegados, generándose disputas por el trono de Jefe de Guerra, pero cuando han sido atacados por los humanos han mostrado una enorme resiliencia y capacidad de organizarse para pelear en conjunto, repeliendo cada intento que ha habido por erradicarlos de la faz del mundo.
100 años atrás los humanos intentaron invadir su territorio con el objetivo de eliminarlos, pero el gran Jefe de Guerra Aka’tamun condujo a su pueblo con astucia y valentía en los combates, logrando decisivas victorias sobre sus enemigos. La guerra se postergó por años, sin que ningún bando estuviera dispuesto a rendirse, pero entonces, dado que los humanos tuvieron que reducir la vigilancia de La Gran Boca para enviar tropas, hubo una brecha de la que escapó un numeroso contingente de demonios que llegó hasta Finrus. Las tropas humanas debieron retirarse a proteger la ciudad, dado que si esta caía los demonios llegarían hasta la misma Guenecia. Cuando combatían comenzaban a perder, por lo que el rey ordenó retirarse hacia la capital, pero entonces, contra todo pronóstico y cuando Finrus caía, Aka’tamun llegó con su ejército a ayudar a los humanos, obteniendo así la victoria. Tras estos hechos, el rey de accedió a establecer una tregua con los Renegados, un pacto de no agresión mutua, que se mantiene hasta hoy.
DESCRIPCIÓN
Los Renegados son seres de pieles con tonos usualmente verdosos, aunque los hay también de tonos azules o incluso algunos que llegan a los grises. Son usualmente fornidos, de espaldas anchas y aspecto intimidante, dado que en su cultura es muy importante entrenarse como guerreros. En promedio son más altos que una persona común, no siendo raro que lleguen a los 2 metros de estatura.
Viven con un peso social enorme, dado que, si bien no se les suele atacar por la tregua aún vigente entre Humanos y Renegados, no suelen ser muy bien recibidos en algunas ciudades y pueblos. En los lugares más cercanos a sus territorios, tales como Descanso del Rey o Villa Horror ya están acostumbrados a su presencia, mientras que en Finrus aún recuerdan que fueron ellos y no sus compañeros humanos los que salvaron la ciudad.
Como cultura, valoran tanto el coraje como el honor, distando mucho de ser unos salvajes. Entre ellos hay quienes son estudiosos y eruditos, tratando de fortalecer la cultura de su pueblo, aunque la mayoría suele contar con escasa formación.
Se establecen en torno a clanes familiares a los que dan mucha importancia, un Renegado jamás faltará el respeto a sus padres o abuelos.
HABILIDAD RACIAL*
*Las habilidades raciales pueden usarse una vez por partida, no consumen una acción y su efecto es inmediato.
Crecimiento: Al enojarse son capaces de hacer crecer su cuerpo, aumentando su tamaño un nivel por 3 turnos.
ORÍGENES
Dalak’Gul: Todos los Renegados tienen su origen en Dalak’Gul, su asentamiento principal. Es un lugar con aspecto de campamento más que de ciudad, formada por una mezcla de edificios de barro, piedra y troncos completos junto a tiendas donde residen los de menor rango. En sus habitantes se inculca el honor y el respeto por los mayores de su clan, pero también la fortaleza para el combate es asunto central.
Independientes: Si bien la mayoría de la población reside en Dalak’Gul, hay quienes se han mezclado con los humanos, usualmente realizando trabajos físicos. Estos Renegados a veces han estado tanto con los humanos que se rigen más por la cultura de éstos que por la suya propia, adoptando incluso su religión.
RELIGIÓN
Los Renegados creen en los espíritus, siguiendo así una cultura chamanística. Reconocen muchas deidades menores, pero ningún dios central, adorando en cambio a los espíritus de los elementos o animas como sagrados. Suelen realizar rituales para invocar buena suerte en las cosechas, en la guerra o lluvias. Dado que sus chamanes ejercen control sobre los elementos con sus plegarias sagradas, no practican la magia arcana en Dalak’Gul, asociándola además a La Gran Boca y Los Susurros.
Creen que algún día los dioses los llevarán de vuelta a su hogar, esperando una especie de mesías que realizará tal labor.
Su religión favorece el respeto a los antepasados, que se convertirían en espíritus que habitan en la naturaleza y a veces se reencarnan, esperando algún día poder regresar a su tierra natal para descansar finalmente en paz.
Tras la Noche Infernal fueron muchas las criaturas que emergieron del cráter para causar caos y destrucción, sin embargo una raza destacaba de entre todas ellas por su bravura en el campo de batalla y por utilizar armas como los humanos. Estos seres usualmente cumplían usualmente funciones de liderazgo ante los demonios menores que constituían el grueso del ejército invasor.
Entre los más antiguos se cuenta que alguna vez fueron un pueblo orgulloso en un lugar muy, muy lejano, pero durante todos los años que fueron víctimas del dominio ejercido sobre sus mentes por Los Susurros todos aquellos que hubieran conocido su tierra natal en persona perecieron. Se dice que sólo quedó caos y destrucción tras la llegada de la oscuridad.
En su lucha contra los humanos algunos de entre sus filas comenzaron a sentir una disminución del control ejercido sobre sus mentes. Hartos de matar sin sentido y ser utilizados como meras esclavos para una guerra que no les hacía sentido, aquellos que se lograban liberar del control de los Susurros se comenzaron a agrupar. Por supuesto que el intento de volver a dominarlos fue intenso, pero desarrollaron un ritual para volverse inmunes de manera definitiva a esta influencia, mediante un sacrificio hecho con su propia sangre.
Los humanos los llamaban demonios, pero decidieron que ese nombre los ligaba a su pasado de ser meros instrumentos de esas fuerzas oscuras, así que decidieron llamarse a sí mismos Los Renegados, en señal de su abandono de la oscuridad. Se movilizaron además para buscar un lugar para vivir y finalmente lo encontrarían en unas pampas prácticamente abandonadas por los humanos, donde crearon una ciudad con estructuras sencillas, más bien parece un gran campamento.
Han sido despojados de su identidad y su pasado, habitando una tierra donde nadie los quiere, pero eso les ha hecho más fuertes y han pasado los últimos siglos fortaleciendo su pueblo y generando sus nuevas tradiciones desde cero.
No han faltado las diferencias y hasta pequeñas guerras civiles al interior de esta raza ante las diferencias de interpretación sobre el destino de Los Renegados, generándose disputas por el trono de Jefe de Guerra, pero cuando han sido atacados por los humanos han mostrado una enorme resiliencia y capacidad de organizarse para pelear en conjunto, repeliendo cada intento que ha habido por erradicarlos de la faz del mundo.
100 años atrás los humanos intentaron invadir su territorio con el objetivo de eliminarlos, pero el gran Jefe de Guerra Aka’tamun condujo a su pueblo con astucia y valentía en los combates, logrando decisivas victorias sobre sus enemigos. La guerra se postergó por años, sin que ningún bando estuviera dispuesto a rendirse, pero entonces, dado que los humanos tuvieron que reducir la vigilancia de La Gran Boca para enviar tropas, hubo una brecha de la que escapó un numeroso contingente de demonios que llegó hasta Finrus. Las tropas humanas debieron retirarse a proteger la ciudad, dado que si esta caía los demonios llegarían hasta la misma Guenecia. Cuando combatían comenzaban a perder, por lo que el rey ordenó retirarse hacia la capital, pero entonces, contra todo pronóstico y cuando Finrus caía, Aka’tamun llegó con su ejército a ayudar a los humanos, obteniendo así la victoria. Tras estos hechos, el rey de accedió a establecer una tregua con los Renegados, un pacto de no agresión mutua, que se mantiene hasta hoy.
DESCRIPCIÓN
Los Renegados son seres de pieles con tonos usualmente verdosos, aunque los hay también de tonos azules o incluso algunos que llegan a los grises. Son usualmente fornidos, de espaldas anchas y aspecto intimidante, dado que en su cultura es muy importante entrenarse como guerreros. En promedio son más altos que una persona común, no siendo raro que lleguen a los 2 metros de estatura.
Viven con un peso social enorme, dado que, si bien no se les suele atacar por la tregua aún vigente entre Humanos y Renegados, no suelen ser muy bien recibidos en algunas ciudades y pueblos. En los lugares más cercanos a sus territorios, tales como Descanso del Rey o Villa Horror ya están acostumbrados a su presencia, mientras que en Finrus aún recuerdan que fueron ellos y no sus compañeros humanos los que salvaron la ciudad.
Como cultura, valoran tanto el coraje como el honor, distando mucho de ser unos salvajes. Entre ellos hay quienes son estudiosos y eruditos, tratando de fortalecer la cultura de su pueblo, aunque la mayoría suele contar con escasa formación.
Se establecen en torno a clanes familiares a los que dan mucha importancia, un Renegado jamás faltará el respeto a sus padres o abuelos.
HABILIDAD RACIAL*
*Las habilidades raciales pueden usarse una vez por partida, no consumen una acción y su efecto es inmediato.
Crecimiento: Al enojarse son capaces de hacer crecer su cuerpo, aumentando su tamaño un nivel por 3 turnos.
ORÍGENES
Dalak’Gul: Todos los Renegados tienen su origen en Dalak’Gul, su asentamiento principal. Es un lugar con aspecto de campamento más que de ciudad, formada por una mezcla de edificios de barro, piedra y troncos completos junto a tiendas donde residen los de menor rango. En sus habitantes se inculca el honor y el respeto por los mayores de su clan, pero también la fortaleza para el combate es asunto central.
Independientes: Si bien la mayoría de la población reside en Dalak’Gul, hay quienes se han mezclado con los humanos, usualmente realizando trabajos físicos. Estos Renegados a veces han estado tanto con los humanos que se rigen más por la cultura de éstos que por la suya propia, adoptando incluso su religión.
RELIGIÓN
Los Renegados creen en los espíritus, siguiendo así una cultura chamanística. Reconocen muchas deidades menores, pero ningún dios central, adorando en cambio a los espíritus de los elementos o animas como sagrados. Suelen realizar rituales para invocar buena suerte en las cosechas, en la guerra o lluvias. Dado que sus chamanes ejercen control sobre los elementos con sus plegarias sagradas, no practican la magia arcana en Dalak’Gul, asociándola además a La Gran Boca y Los Susurros.
Creen que algún día los dioses los llevarán de vuelta a su hogar, esperando una especie de mesías que realizará tal labor.
Su religión favorece el respeto a los antepasados, que se convertirían en espíritus que habitan en la naturaleza y a veces se reencarnan, esperando algún día poder regresar a su tierra natal para descansar finalmente en paz.
